miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz Año 2009

A pesar de mis ausencias, no podía dejar de desearle, amigo lector, toda la felicidad posible para el 2009 y que la crisis, o lo que quiera que sea eso que nos venden, sea benévola para todos.

Renuevo mi deseo de volver pronto para hacerme cargo de la nave como desearía, pero con los líos que llevo últimamente entre manos, no pudo prometer más que intentarlo.

En todo caso, querido lector, gracias por estar ahí y, lo dicho: feliz año 2009.

Con Dios.

domingo, 5 de octubre de 2008

Hello.


Bueno querido lector … ya estoy de vuelta. No sé si pedirle disculpas por desaparecer tanto tiempo sin decir nada, o por volver de nuevo sin avisar. En todo caso, agradezco el interés demostrado por algunos amigos que han seguido visitando el barco a pesar de mi ausencia.


Me he concedido un descanso blogueril durante el cual he disfrutado de un verano con todas las características propias de la estación por esta aguas: invasión de turistas mutantes (primero blancos, después rojos y finalmente despellejados), treinta y muchos grados acompañados de una humedad relativa cercana al 80 % (lo que explica el poco éxito que tienen las saunas por aquí), fiestas tradicionales en las que se ha consumido más pólvora que en Vietnam, con sus explosiones, tiroteos y demás, amenizadas por orquestas que sonaban aún peor que la pirotecnia … vamos, un clima de relax y serenidad como para hacer ejercicios espirituales.


Ya al principio del verano, intenté una huida que me llevó a aguas británicas, concretamente a Londres. Había estado en otra ocasión, pero esta vez, acompañado de amigos nativos, pude conocer la ciudad mejor y vivir más cerca las costumbres de sus habitantes.


En ese sentido, el viaje resultó francamente corto, pues las costumbres inglesas son ciertamente muy particulares. Por ejemplo, nunca llegué a acostumbrarme a buscar la parada del autobús en la acera correcta. Uno está acostumbrado a que el vehículo le venga por su izquierda, para llevarle hacia su derecha … en Londres, no. Y no solo ahí, me han dicho que en el resto del Reino Unido también circulan por el otro lado.


Una cosa que sí me llamó mucho la atención fue el nivel cultural de los británicos. Fíjese, amigo lector, que los niños, desde su más tierna infancia, ya hablan inglés y muy bien por cierto.


Lo dicho: muy corto …


De vuelta a aguas patrias, encontré que el país seguía inmerso en un debate entre la psicología y la física. Mientras la oposición se empeñaba en hablar de crisis, el gobierno insistía en la desaceleración. Todo ello para intentar describir una situación bien sencilla: el bolsillo del españolito de a pie está más pelado que una bola de billar. Pero no vaya a pensar que nos va mal por eso, oiga … ¡Que ganamos la Eurocopa de fútbol! ¿A quién le importa si esto es una crisis o una desaceleración si somos campeones de Europa? Los que están en crisis o desacelerados son los alemanes que perdieron la final. ¡Ya quisiera Alemania ser como España!


Bueno, querido lector, no me voy a extender más. Piense que he estado unos meses sin escribir y así de golpe podría sentarme mal, podrían empezar a dolerme los dedos, los ojos, el teclado … Podrían morírseme unas cuantas de las pocas neuronas que me quedan vivas.


Hasta la próxima flipada, quede usted


Con Dios.


domingo, 11 de mayo de 2008

Flipada nº 19 (Flipó mi tía)

¿Cuántas veces habrá oído, querido lector, la frase “es para mi como un hijo”? Tal vez, incluso la haya empleado más de una vez … puede que cambiando el filial parentesco por uno fraternal, o paternal, o …


Siendo que, cuando empleamos el término, nos suele guiar un gran afecto hacia la persona objeto, me permitiría sugerir desde aquí que se guarden ciertas precauciones en su uso.


Si le sale del alma, dígalo, no se preocupe. Pero, por su bien, no insista demasiado en el tema. Verá por qué lo digo.


Hace un par de años y pico, mi esposa fue invitada a visitar Guinea Ecuatorial, por una amiga que, aunque de nacionalidad española, es nativa de ese país. Mi mujer, que es aficionada a viajar hasta el fanatismo, no pudo resistirse a la invitación y allá que fue. Fíjese el lector que no soporta la idea de las inyecciones (de hecho se pone mala con la sola mención de un pinchazo) y pasó estoicamente todo el protocolo de vacunación recibiendo más pinchazos que un toro de lidia, con tal de no perderse el viaje. Pero en fin, no es ese el tema.


La cosa es que una vez allí, conoció a toda la familia de su anfitriona entre la que se encontró a un muchacho de unos veinte años, quien le contó que no había podido consumar sus intenciones de estudiar por falta de medios en su familia y en su país en general. Mi señora, que además de viajera tiene vocación de ONG unipersonal, le dijo que si se atrevía a venir a España, ella le costeaba los estudios. Apunto entre paréntesis, que yo de todo esto, en el más depurado estilo Rodríguez: no tuve ni idea hasta su vuelta.


El muchacho aceptó y pocos meses después aquí estaba. Mi mujer comentaba orgullosa a los cuatro vientos que era como adoptar un hijo, incluso se lo dijo a él, que desde entonces se dirige a ella como “madre”.


Un buen día, estando el muchacho solo en nuestra casa, sonó el teléfono y él diligentemente lo atendió. Era una tía mía. Pero una tía de las importantes, de esas que le han visto nacer a uno, etc., etc.


Dígame – contestó el muchacho.


Hola. Preguntaba por Garfio. Soy su tía – contestó mi tía.


No está. Yo soy su hijo. Si quiere algún recado … - continuó él.


¡Uy! No. Me debo haber equivocado. El Garfio que yo digo no tiene ningún hijo mayor, solo una hija – se disculpó mi tía.


El muchacho, en vista del equívoco, intentó resolver la situación y …


No, no. Ha llamado usted bien – contestó – en realidad SOY HIJO DE SU MUJER.


Le ahorro al lector el resto de la conversación, que incluye un medio ataque de nervios de mi tía, quien, en cuanto colgó el auricular (mi tía es tradicional y usa un teléfono fijo), llamó a mi madre para pedirle explicaciones.


Así pues y a modo de moraleja, querido lector, demuestre su cariño y afecto cuanto quiera, pero calibre bien el alcance sus efusiones. Si no lo hace por usted, al menos hágalo por su tía.


Con Dios.

lunes, 21 de abril de 2008

Flipada Cañí

El mes pasado, España estaba convocada a expresar su opinión … y España habló. El elegido en olor de multitudes fue Rodolfo Chikilicuatre. Este personaje es, sin duda, el más controvertido de los últimos tiempos: o se le venera, o se le repudia sin contemplaciones.


Hay voces que claman por el daño que a la imagen patria puede dar el amigo Rodolfo en su periplo eurovisivo. Pues yo me voy a permitir desde aquí expresar mi total acuerdo con que este hombre nos represente en Eurovisión. Cierto es que la puesta en escena es de lo más grotesca (friki se dice ahora); cierto es que la “canción” es malísima … pero no menos cierto es que llevamos desde 1969 sin comernos una rosquilla en el ínclito festival y que desde hace unos años, la calidad de los concursantes brilla, pero por su ausencia, incluida y, en algún caso con mención especial, la española.


Es en este punto en el que yo me permito abogar por nuestro Chikilicuatre: se trata simplemente de una imagen ilustrativa de lo que es ahora mismo el Festival de Eurovisión. No nos olvidemos que el año pasado, creo, ganaron una especie de Trolls con un tema infumable y una calidad interpretativa propia de su condición. La puesta en escena era por goleada mucho más grotesca (hoy en día friki) que la de nuestro Rodolfo.


Tenga en cuenta el lector que individuos como el Chikilicuatre, los vemos a diario por las calles y en los programas televisivos, mientras que, para encontrar gente como los que ganaron el año pasado, hay que ver El Señor de los Anillos o algo similar, y sin embargo … ganaron.


Con la presentación de Rodolfo Chikilicuatre, Europa va a ser consciente de que España sabe reírse de sí misma y reírse con los demás. Desde que se presentaron los “Triunfitos” con la abanderada Rosa al frente (año 2002), no se había prestado tanta atención al festival. Y fíjese el lector que fuimos a Estonia, país por aquél entonces recién salido del oscurantismo y haciendo denodados esfuerzos por ponerse al día, a cantarles “Europe’s living a celebration” … eso sí que podían haberlo considerado una broma de mal gusto. No entro a valorar la calidad artística de nuestra/nuestros representante/s, pero estará el lector conmigo en que la elección del tema musical fue de lo más desafortunada. Al año siguiente llevamos a otra "Triunfita" para cuya actuación se debería abrir un nuevo capítulo en Código Penal y así sucesivos "Triunfitos", pero sin triunfos ... hasta Las Ketchup, que fuera del "Aserejé" ...


Hago pues votos porque se tome la actuación del Chikilicuatre como lo que es: una parodia de un festival que hace ya muchos años que lo es en sí mismo (hoy en día se diría que es friki).



Con Dios.

lunes, 31 de marzo de 2008

Despropósito

Tras un breve descanso concedido a mis escasas neuronas supervivientes (no muy allá, pero vivas), heme aquí de vuelta dispuesto a inaugurar un nuevo año de travesía bloguera. Así que, querido lector, está usted avisado. Ya sabe que, como reza la sabiduría popular, el que avisa no es traidor ni mal amigo.

Y hablando de sabiduría, o mejor dicho, de falta de sabiduría, hace unos días se cumplieron cinco años del comienzo de la invasión de Irak. El lector habitual de este sitio, ya sabe mi opinión general sobre los políticos, sean del color que sean, pero oiga, hay veces que se superan a sí mismos.

Coincidiendo con la desgraciada efemérides, el ex - presidente del gobierno de España, el inefable Sr. D. José María Aznar, virtió unas declaraciones a la BBC británica en las que decía que la gente en Irak está ahora mejor que antes de la invasión.

Ante tamaño despropósito a uno le asaltan todo tipo de dudas:

Duda nº 1: ¿el Sr. Aznar ve los telediarios?

Duda nº 2: ¿qué entiende el Sr. Aznar por vivir bien?

Duda nº 3: además de beber vino a gusto ¿el Sr. Aznar toma drogas?

No voy a dar estadísticas de sobra conocidas sobre los “daños colaterales” que ha causado (está causando) el conflicto, pero vaya, solamente el ejército norteamericano acumula 4000 muertos y eso que es el que tiene las mejores armas y no pone civiles en juego.

De todas formas, me permito recomendar al Sr. Aznar, que se vaya a vivir a Bagdad ya que se vive tan bien. Quizás el único problema sea encontrar vivienda y no como aquí por su elevado precio (eso no es problema para nuestro amigo) sino porque la mayoría están en ruinas y las que no, sin luz eléctrica, sin agua, etc.

En un estado democrático, a veces ganan los que creemos buenos, otras veces los que creemos malos, pero estará el lector conmigo en que lo peor es que ganen los que sabemos tontos.

Ya escribí en alguna ocasión que a la vez que al ser humano se le dio el don de la inteligencia, la estupidez iba en el mismo lote. Si la guerra es la mayor expresión de esa estupidez, las declaraciones de este individuo le hacen acreedor a una cátedra en la materia.

Es realmente vergonzoso que un ser humano esté orgulloso de tamaño desastre y especialmente vergonzoso para mi como español, que esta mala caricatura de persona me represente ante ciudadanos de otros países.

En fin, amable lector, le pido disculpas por empezar mi segundo año en La Ortiga con este artículo, pero hay cosas que uno debe evacuar de su cuerpo para no enfermar. Ya digo que estoy cuidando mis neuronas todo lo que puedo.




Con Dios.

domingo, 16 de marzo de 2008

Un año

Bueno, querido lector, tras una intensa actividad laboral y personal, heme aquí de nuevo después de estar unos días fuera del ruedo bloguero. “No hay mal que cien años dure” dice el refrán “ni cuerpo que lo resista” concluye.

Y hablando de resistencia, entre tanto, La Ortiga ha cumplido su primer añito de navegación que comenzó el 11 de marzo de 2007. Debo decir que jamás pensé que esto iba a llegar tan lejos. Cuando digo tan lejos me refiero tanto al año de vida, como a la cantidad de visitantes que el barco recibe y, por supuesto a la amistad y el cariño demostrados por la mayoría de mis (sepa disculpar el lector el posesivo) visitantes-visitados. El símil naval de este bló, casual en un principio, se ha hecho tangible en la diversidad de orígenes de estas visitas. Estoy realmente orgulloso de poder relacionarme con tanta buena gente de sitios tan diferentes y lejanos. Reciban mi agradecimiento por este honor.

Espero cumplir más años al timón del barco y poder compartirlos con usted, querido lector …

Con Dios.


miércoles, 27 de febrero de 2008

Bip ... biiiiiip ...


Bip … biiiip … Me entra un SMS. Lo miro y leo: “mmmhh, no sé, tal vez me atrevería. Sara. Le doy al botón para bajar el texto y leo: “manda un SMS con la palabra Sara al 1234 (advierto a algún potencial lector “efervescente” que NO es el número correcto).

Pasada la primera impresión, me acordé de una anécdota de hace unos años a raíz de un SMS que recibí. Estaba yo viendo la TV en el salón de mi casa acompañado por mi esposa, cuando … bip … bip … bip-bip (por aquel entonces yo tenía otro teléfono de ahí que los bips no tengan la misma secuencia) en el que ponía algo parecido a: “Buenas noches amor. Me voy dormir para poder soñar contigo. Te echo mucho de menos. Hasta pronto”. Aquella vez, no me pedían que enviase un SMS con palabra clave. ERA AUTÉNTICO. “¿Quién te envía un mensaje a estas horas?” inquirió mi costilla. “¡Ejem! pueeees … no sé” tartamudeé yo “no conozco el número y además pone cosas que no sé de qué van”. “A ver” ordenó. Le di el móvil y leyó. “¿Pero de quién es esto?” preguntó con una cara de cabreo creciente. “Yo qué sé. Te digo que no conozco el número. Se habrán equivocado” intenté salir del paso sin saber en absoluto de qué paso tenía que salir. “¿Cómo se va a equivocar alguien y mandarte esto A TI?” continuó estilo GESTAPO. En este punto, yo no sabía si ese A TI tan contundente se debía a que no se estaba tragando la historia o es que no consideraba posible semejante declaración dirigida a mi persona. “Pues por eso, porque se ha equivocado quien sea” le contesté con una voz de medio falsete. “Y si llamo ¿qué pasa?” me desafió. “Pues llama si te quedas más tranquila. A mi, que me registren”. Y llamó. Para colmo era una chica joven. Le pidió explicaciones del mensaje. “¿Quién eres?” … “Es que le acabas de mandar un mensaje a mi marido” … “Ya” … Entretanto, a mi me corría un sudor nervioso por la espalda, no porque tuviese nada que ver, sino porque si la interlocutora no daba explicaciones razonables, yo me veía en globo.

Afortunadamente, las dio: “Bueno pues que sepas que te has equivocado” … “Nada, no te preocupes” le iba tranquilizando mi mujer. Era un mensaje para su novio y, lo más convincente: la chica estaba acostada en su cama en las Islas Canarias.

Bueno ¿te has convencido de que era una equivocación?” le dije en un tímido intento de contraataque. “Sí, sí” contestó y siguió mirando al televisor, dando por zanjada la cuestión sin más. “¿Cómo que sí-sí?” pensé yo. No me atreví a decírselo, no se fuese a liar la cosa en una batalla que algo me decía que no iba a ganar.

La cuestión es que, después de someterme al tercer grado en un interrogatorio digno del mismísimo Fray Tomás de Torquemada, de haber sospechado de mi hasta el punto de llamar a la muchacha, me deja con un “sí, sí” y se queda tan tranquila.

Querido lector, el día que éste que suscribe sea capaz de entender los laberínticos senderos de la conducta femenina … ¡tonterías! No lo conseguiré jamás.

Querida lectora, no considere esto como una proclama sexista, más que como una declaración de incapacidad. Quedo a sus pies, por imposibilidad de llegar a su mente.

Con Dios.

martes, 19 de febrero de 2008

¡Dios mío! ... no.

Un sacerdote bendice la «boda» de dos elefantes … reza el titular de ayer de un diario local de por estas aguas.

Leí el titular en la primera página y no pude seguir leyendo pues tenía que entrar a trabajar. Imagínese el lector el mal rato que pasé. No cabía dentro de mí de ansiedad. Me sumergía en un creciente estado de irritación, de indignación, de … ¡Tenía que leer la noticia completa!

Miles de pensamientos y sensaciones invadían mi mente cual si de hordas bárbaras se tratase. Toda idea de civilización se me tambaleaba. ¿Dónde quedaban los principios morales? ¿Dónde los cimientos sociales en los que se asentaba nuestra cultura y forma de vida?

El tiempo pasaba y mi inquietud crecía ante las visiones y las premoniciones más espantosas y oscuras. ¿Adónde vamos a llegar? Me preguntaba.

Sonó el timbre que anunciaba el descanso y corrí escaleras abajo hasta la cantina dispuesto a desvelar todas esas dudas, esas inquietudes, esas amenazas y … el diario estaba en posesión de un compañero que leía con sumo interés la sección de horóscopos.

Me aposté a una distancia prudencial para, en el momento oportuno, hacerme con el ejemplar (el ejemplar se refiere al diario, no al compañero). De los horóscopos a los deportes y de ahí a los sucesos. Estaba a punto de agarrarlo del cuello, cuando plegó el diario y se dispuso a dejarlo encima del mostrador. Destino al que no llegó porque me hice con él prácticamente al vuelo, con gran asombro por parte del compañero, que a buen seguro no imaginaba esa agilidad en un individuo de mi aspecto. Varias páginas resultaron seriamente dañadas mientras las pasaba compulsivamente en pos de la noticia que había hecho tambalearse todos mis principios.

Finalmente la encontré. La leí. Me relajé … se trataba de un elefante … y una elefanta.

¡Uffff!

Con Dios.

Ver noticia completa.

jueves, 14 de febrero de 2008

Contra el abuso de menores

Últimamente se encuentran con demasiada frecuencia noticias de detenciones de bandas dedicadas al tráfico de pornografía infantil (ver enlaces 1 y 2). No es este el marco apropiado, ni soy yo una persona indicada para diagnosticar si se trata de enfermos o degenerados. Lo que sí puedo decir es que se trata de indeseables.

Sirva este artículo para hacer patente mi adhesión a la campaña iniciada por Luma utilizando la blogosfera para protestar contra estos abusos.

Con Dios


viernes, 8 de febrero de 2008

Conversaciones de ascensor

Hay cosas en la vida que a uno le gusta hacer solo. Se puede entender ese deseo de intimidad en casos como el de ir al baño o a un vestuario, por aquello del pudor. Pero ¿por qué esa misma necesidad cuando viajamos en ascensor?

Si subimos solos, casi ni nos damos cuenta del viaje. Estamos absortos en nuestros pensamientos, entramos en la cabina, pulsamos el botón correspondiente, prácticamente sin mirar y para cuando nos vamos a dar cuenta, ya nos encontramos en nuestra casa viendo la tele.

Sin embargo, si el viaje lo tenemos que compartir, nos entra una especie de claustrofobia, de situación embarazosa, de no saber adónde mirar y, dadas las reducidas dimensiones del habitáculo, no hay mucho para elegir.

En un intento de liberar nuestra creciente acumulación de energía, más que de ser corteses, nos dirigimos a nuestro compañero de viaje y le hablamos … del tiempo.

Pero ¿se ha preguntado el lector qué piensa el interlocutor mientras hablamos del tiempo? He intentado dar respuesta a esta pregunta, dibujando una serie de posibles situaciones.

(Entre paréntesis, los pensamientos)

Situación 1. Vecinos del 3º y 4º A.

3º A: Está el tiempo frío ¿eh? (¿qué coño estaría haciendo éste ayer a las 12 de la noche con sus muebles …?)

4º A: Sí, sí, yo ya voy por el segundo resfriado (y encima tú no me dejas dormir con la tele a toda castaña hasta las tantas …).

3º A: Y mira que son difíciles de quitar los resfriados en esta época ¿eh? (pues a ver si te vas a dormir a una hora prudente, en lugar de mover el mobiliario …).

4º A: Sí, sí. (si me dejaras descansar, ya se me habría pasado, capullo).

3º A: Bueno, ya he llegado. Que te mejores (y, si no, que te den … ).

4º A: Hala, hasta luego (a ver si se te estropea la tele, sorderas …).


Situación 2. Vecino del 4º B y vecina escultural del 5º C.


4º B: Está frío el tiempo ¿eh? (aunque a mi me estás vaporizando la sangre. Estás cada día más buenaza).

5º C: Sí, sí (este tío me está radiografiando. Viejo verde, baboso …).

4º B: Y anda que por las noches refresca más aún ¿eh? (aunque si yo te tuviera en mi cama, me ahorraba la calefacción de todo el año … ¡Mira que está buena la condenada!).

5º C: Sí, sí. Mucho (se le van a salir los ojos de las órbitas …).

4º B: Bueno, ya he llegado. A seguir bien (¡y tan bien! …)

5º C: Sí, sí. Adiós (cómprate una revista porno y desahógate, salido asqueroso …).


Situación 3. Vecinas del 4º C y 6º A.


6º A: Mari, qué frío hace (aunque tú tienes calorías de sobra … ¡Vaya culo que se le ha puesto!).

4º C: Sí hija. Yo me he tenido que comprar este abrigo porque me helaba (y tú aún llevas el de los últimos diez años … ya casi se transparenta …).

6º A: ¿Y cómo estaban las rebajas? (porque tú siempre compras de saldo … y así compras … ¡Virgen del Amor Hermoso qué culo!).

4º C: No, no. Este me lo he comprado con un trabajito de mi Pepe (no como tu maromo … encima de no dar un palo al agua, más agarrao que un chotis …).

4º C: Bueno, que ya he llegado. Adiós, Mari (y a ver si vas a la peluquería de vez en cuando, hija … ¡Qué pelos me lleva!).

6º C: Venga. A disfrutar el abrigo de tu Pepe (si es que no le cabe el culo por la puerta …).


Situación 4. La vecina del 4º B y la escultural del 5º C.


4º B: Holaaa ¿No tienes frío con esa ropa? Yo estoy helada (si es que no le dejas nada a la imaginación … so pendón desorejao …).

5º C: Pues no. La verdad es que no (se está poniendo azul la espantapájaros esta … no me extraña que el marido …).

4º B: Esta juventud. Anda que mi marido me iba a dejar salir de casa así (indecente … además si no tiene de dónde agarrar … no sé qué le ven los babosos estos …).

5º C: Bueno, ya sabe. Son otros tiempos, otras modas (ni tu marido, ni la policía te deja a ti salir de casa “así” … ¡anda y vete a vivir a un sarcófago, so momia!).

4º B: Bueno, yo ya he llegado. Cuídate con el frío, no vayas a caer enferma (niñata descarada … claro, después les pasa lo que les pasa … si es que van pidiendo guerra …).

5º C: Sí, sí. Hasta luego (haz ruido al entrar en casa, no vayas a pillar al pariente con la revista … y la próxima vez, sube en escoba …).


Situación 5. El vecino del 6º A y el del 4º C, forofos del Real Madrid C.F. y del F.C. Barcelona, respectivamente, aunque no sé si sabrá el lector que en la primera división del fútbol español, militan otros dieciocho equipos. Pongo al lector en antecedentes: la última jornada de liga, el Madrid perdió 2-0 con el Almería y el Barça ganó 1-0 al Osasuna, aunque el Madrid sigue líder con 6 puntos de ventaja. Hecha la crónica deportiva pertinente, volvamos al ascensor.


4º C: Está frío el tiempo ¿eh? Aunque dicen que en Almería lo tienen bastante bueno (je, je, je …)

6º A: Sí. Aunque menos mal que en Madrid sigue haciendo seis grados más que en Barcelona (¡catalino este! …).

4º C: Pues que los vayan disfrutando, que dicen que viene el cambio climático (os vamos a dejar el Bernabeu como un colador … lo de la ida, lo vamos a lavar con sangre …)

6º A: No, si al final igual tenemos un año de lo más … blanco (cambio climático el del Nou Camp en la ida … uno bajo cero … je, je, je …).

4º C: Bueno, yo ya he llegado. Dile a tu equipo que no se salga mucho de sus Casillas, que un tropiezo lo tiene cualquiera (pero uno detrás de otro, lo tiene el Madrid …).

6º A: Tranquilo. Nos vemos en el tradicional baño en la Cibeles, para festejar el final de la liga (de paso a ver si te ahogas culé de mierda …).

Así pues, querido lector, según con quién comparta el viaje, ya sabe lo que hay.

Con Dios.

P.D.: disculpe el lector algunas expresiones malsonantes, son necesarias en favor del realismo de la escena.

miércoles, 30 de enero de 2008

Amor al arte

Vengo estos últimos días hablando con algunos compañeros de trabajo sobre “el amor al arte”. Como es lógico, cada cual aporta su opinión y las hay para todos los gustos, pero hay algo en lo que estamos todos de acuerdo: cada vez se hacen menos cosas “por amor al arte”.

Reflexionando sobre el particular, me he acordado de una anécdota reciente muy significativa.

Hace unas fechas, terminando ya el año 2007, cierto día por la noche, serían más o menos las 21:00 h, llamaron al timbre de mi casa. Era una vecina a la que yo apenas conocía de saludarnos en los inevitables cruces. La señora tenía un problema y es que se le había ido la luz. Habiendo comprobado con otros vecinos que ellos no tenían problema con el suministro eléctrico, se preguntaba si yo, como presidente de la comunidad de vecinos, tenía idea de a qué se podía deber el corte.

Yo, como presidente, no tenía ni idea, pero sí por mi experiencia profesional anterior. Le comenté que, con toda probabilidad, el fusible de protección de su contador, se habría fundido.

¿Y ahora qué hago? ¿A quién llamo? – preguntó la señora con preocupación.

Primero, vamos a ver si ha sido esa la causa o no – dije yo.

Fuimos al cuarto de contadores, comprobé el fusible y certifiqué su defunción.

Tendré que llamar a la compañía – me dijo con tono desvalido.

No se preocupe – le contesté – aquí al lado hay un almacén de suministros industriales que igual aún está abierto. Me acompaña, compramos otro fusible y yo se lo coloco, porque si llama a la compañía, amén de que van a tardar bastante, le cobrarán 60 € por la historia.

Es que tengo a los niños a medio cenar. Mejor le acompaña mi marido – me dijo.

Llamó a su marido y nos fuimos al almacén, que, por suerte, estaba abierto aún. Yo comenté al vecino que mejor pagaba yo porque en ese almacén no venden sino a profesionales y a mi me conocían.

Es que yo no tengo más que un billete grande – me dijo.

No se preocupe que yo llevo. Ya me lo dará otro día – le contesté.

Así fue como por poco más de euro y medio veinte minutos más tarde, mis vecinos tenían su instalación eléctrica a pleno rendimiento.

Desde entonces, no he vuelto a saber nada de ellos, ni del euro y medio, por supuesto. Tampoco me va a sacar de pobre un euro y medio, de modo que la anécdota cayó en el olvido.

La cosa es que hace unos días, me crucé con el vecino y a mi “hola” el buen señor miró para otro lado, con muy poco disimulo, y ni me contestó.

Ahora, querido lector, si es usted de la opinión de que el que suscribe es giliflautas de solemnidad, deje un comentario en ese sentido. No se lo tomaré en cuenta, ya que seremos al menos dos de esa opinión.

Con Dios.

martes, 22 de enero de 2008

Gracias Elvira

Mis quehaceres últimamente me traen un poco de cráneo y eso ha hecho que retrasase la publicación de esta entrada.

Hace unas fechas, mi querida amiga Elvira, tuvo la amabilidad de otorgarme el premio "Escritores da Libertade", el cual, además de mencionarse aquí, pasara a las vitrinas de La Ortiga inmediatamente.




También, me ha tenido en cuenta para un premio muy especial, ya que es un galardón creado por ella misma. Y la expresión en este caso se extiende a la totalidad, ya que tanto la idea del premio, como el texto que le da sentido y la imagen en la que se plasma, son creaciones de la propia Elvira.



"Benditos sejam os que ainda sentem no coração a ternura da Amizade"

Más allá de lo que yo haya escrito en el manual de incivismo, no puedo por menos que agradecer públicamente a Elvira sus premios, su amistad y su cariño. Además, por supuesto, de darle la enhorabuena por su innegable talento artístico que el lector, con permiso de Elvira, podrá admirar tanto en Sexta-Feira, como en Cosas Minhas.

Gracias Elvira.

Y usted, querido lector, ya sabe

Con Dios.

martes, 15 de enero de 2008

Flipadá niumegó 15

Cerrando el 2007, me quedó claro que a mi la moda no me sienta bien. Tampoco sirvo para futbolista ni para comentarista deportivo y lo del negocio con los SMS resulta que ya estaba inventado y además tenía unos daños colaterales importantes.

Así que, según mi costumbre, me puse a pensar y dequepensar para ver la forma de tener éxito en la vida. Tras unos días de arduas cavilaciones y con riesgo máximo de perder más pelo aún … ¡nada! En estos casos, hay que tomar decisiones de esas que hacen de uno un ser humano curtido, de esas que imprimen carácter, de las que quedan para la historia: me puse a ver la tele.

Primeros de año. Los Reyes Magos por venir. ¿Qué iba a ver en la tele sino publicidad? De pronto, un anuncio de colonia para hombre … “le nuvó pagfén pug omm” (léase esto último con una pinza en la nariz, para mayor efecto) decía una vocecilla quejumbrosa de mujer a la que parecía le habían pisado su callo más doloroso, en el preciso instante de pronunciar la marca. Acto seguido, en otro anuncio, una señorita se lanzaba salvajemente sobre un individuo que se acababa de echar no sé qué perfume con intenciones libidinosas. Me queda la duda de si fue el perfume el que provocó las euforias o lo que se pretendía dar a entender era la conveniencia de su uso después de tamaños desgastes calóricos. No sé si era yo, el televisor o qué, pero en casa algo echaba humo … otro más … “de niu freguens foo men”, decía una susurrante voz en off, que parecía que en lugar de aplicarse la colonia de forma tópica, se la había bebido de un trago …

Sus Majestades llegaron el 5 por la noche y me trajeron una de esas esencias que, según el anuncio de turno, me iba a convertir en el nuevo hombre.

Ahí estaba la solución. Me apliqué medio frasco de la loción y salí a la calle dejando a mi paso un halo de perfume que se supone debía provocar auténticos cataclismos hormonales a mi alrededor y … ¡nada! … de nuevo ¡nada! “Le nuvó pagfén pug omm” (recuerde: pinza en la nariz), “de niu freguens foo men” y la madre que lo parió y … ¡nada!

La verdad, querido lector, es que la única vez que alguien ajeno a la familia me ha comentado algo sobre mi perfume, fue un AMIGO (podía haber sido amiga, pero no) que me dijo “¡Qué bien hueles!” un día que me había echado colonia de una botella de esas de litro, tipo familiar, que no son “le nuvó pagfén paga nadié” (recuerde la pinza, le juro que ya es la última vez) pero que son frescas y huelen la mar de bien.

Con Dios.


P.D.: Releyendo, he cambiado un término del artículo original, porque tal vez resultaba una expresión fea y de dudoso gusto. Los primeros lectores del artículo sabrán comprender.


jueves, 10 de enero de 2008

Piratas

Hace unas fechas, cuando el frío no se había hecho aún tan patente por estas aguas, estaba yo con mi hija, a punto de llevarla al colegio, cuando me di cuenta de que tenía puestos unos pantalones cuyas perneras le alcanzaban apenas hasta justo debajo de la rodilla. “Hija, con esos pantalones, más que al colegio, parece que vayas a regar” le dije. “Papá, es que estos pantalones son piratas” me contestó, como quien explica algo tan obvio que no entiende la ignorancia de su interlocutor. ¡Piratas! … Precisamente YO debería haberlo sabido. Tal vez no estoy al nivel de pirata y me tengo que conformar con la cualidad de filibustero, que como otras cualidades que terminan con –bustero, denotan una cierta falta de clase, y si no, vean el ejemplo de nuestros políticos.

Pero vaya, la respuesta de mi hija me dejó patente una cosa: estoy totalmente fuera de onda, anticuado, caduco en lo que se refiere a las modas, especialmente las femeninas.

Ya se me puso la mosca detrás de la oreja cuando, al ir de compras con mi familia, pasando ante los mostradores de prendas femeninas, no entendí la mitad de los nombres de los artículos. Así por ejemplo, al pasar por una sección llena de chaquetillas extraordinariamente cortas había un rótulo que rezaba “Grandes ofertas en toreras” …. Yo no soy aficionado a la fiesta taurina, aunque sí sé que las mujeres de ese gremio cobran bastante menos que los hombres, pero nunca habría pensado que llegasen a figurar entre las ofertas de los grandes almacenes. Había además una suerte de pañuelos que no eran ni de cuello, ni moqueros, que se anunciaban como “pareos”. A mi eso de “pareos” me sonaba a … a … estooo … Bueno, el caso es que tras consultar a la RAE resulta que sirven para que, anudados a la cintura o bajo los brazos, los usen las mujeres, generalmente sobre el bañador, para cubrir su cuerpo. Mire usted, con el tamaño de los “pareos” o las mujeres son exageradamente pequeñas o lo de cubrir es un eufemismo. Anunciaban “tops” y gracias a mis conocimientos de inglés deduje que nadie había robado la otra parte del vestido, sino que la prenda en sí misma era así y estaba completa. También había un mostrador de “bodies” lo cual me pareció una muestra clara de publicidad engañosa, porque la prenda estaba ahí, pero el body que debía contener, no. Dadas las formas que tenía la prenda sentí que me estaba perdiendo algo interesante.

Querido lector, me estoy haciendo un lío. Se me cae el castillo de naipes. No entiendo nada. Porque verá:

1º. Una mujer puede andar tranquilamente por la vida y no llevar un body ad hoc. Debe ser lo que llaman “viaje astral”.

2º. Si mi hija sale de fiesta con unos piratas, pues tan ricamente. Supongo que mientras no fume …

3º. Es más, el día de mañana si mi hija me dice que su novio le ha regalado un pareo, yo debo tomármelo con filosofía y no morirme de un infarto, ni siquiera a defenestrar a mi potencial yerno.

¿Qué habrá sido de la falda, el pantalón, la blusa … ? Vamos, de las prendas que todo el mundo sabía lo que eran.

Algo similar pasa con las bolsitas de chucherías que se compran ahora. En mis tiempos había patatas fritas y, más modernamente, gusanitos (ya sabe, esa especie de churritos de algo parecido al polietileno con pretendido sabor a queso). Hoy en día, los contenidos de las bolsitas son tan impronunciables, como incomestibles. Pero eso es otra historia …

Con Dios

jueves, 3 de enero de 2008

Flipada nº 14 (Manual práctico de incivismo - Parte 2ª)

Bueno, querido lector, ya es 2008, no sé si se lo habrá dicho alguien, si no, aquí está La Ortiga informando.

A lo que voy. Ya publiqué el año pasado los primeros cinco puntos de éste que quiere ser un manual útil para un propósito de integración social. Como lo prometido es deuda, aquí le escribo la segunda entrega.

No, por favor, no me dé las gracias, ya sabe que es de mal gusto y socialmente reprobable y, si no lo sabe, lea el punto nº 9.

6.- En los establecimientos públicos o en la calle, hable siempre en voz bien alta y por encima de los demás, preferentemente chillando. Es que, si no lo hace, no le harán tanto caso. Por otra parte su conversación puede llegar a otros grupos que, de esta forma, se beneficiarán de sus pensamientos filosóficos y así enriquecerán su gris existencia. Nadie que no tenga una existencia gris, habla en tono normal.

7.- Repase concienzudamente con sus amigos las posibilidades y recursos del lenguaje antes de ir a un partido de fútbol. Si puede, confeccione incluso una lista de improperios para lanzarle al árbitro o a la hinchada rival. Lleve consigo algún elemento contundente para lanzárselo al árbitro por si no se da por enterado, tenga en cuenta que con tanta gente gritando a la vez, igual no se percata de usted y eso sería una pena. Puede usted llevar algunas bengalas para encenderlas en momentos claves del partido y darle así más colorido. No se preocupe por quemarle la ropa a alguien, seguro que sabrá comprenderlo. No serán tan comprensivos los agentes de seguridad (tiene que haber gente para todo), por lo que es conveniente que usted camufle bien estos elementos antes de entrar al estadio. Si aun así los descubren, intente insultarles o agredirles, verá que después de todo esa gente no es tan brava. Si hace esto reiteradamente, los resultados del equipo de sus amores mejorarán día a día, seguro.

8.- Las señales de tráfico que usted encontrará en ciudad y en carretera, tienen un fin más testimonial que otra cosa. No vaya usted a pensar que las han puesto ahí para que se sigan al pie de la letra. El gobierno necesita justificar una serie de gastos en presunta seguridad vial y las señales de tráfico son una forma muy evidente de hacerlo. Tampoco le preocupe mucho aparcar en doble fila impidiendo la salida a otro coche bien estacionado. ¡Que espere!. Las prisas lo único que traen es estrés y enfermedades coronarias. Si no encuentra aparcamiento ni en doble fila, los pasos de peatones son un gran recurso. No se preocupe de que después una persona en silla de ruedas no pueda atravesar la calzada, al fin y al cabo, va en silla DE RUEDAS y por tanto no se cansará si cruza por el siguiente paso y si éste también está bloqueado, ya sabrá buscarse la vida, esta gente está muy bien entrenada en superar sus dificultades.

9.- No pida nunca las cosas por favor, ni diga gracias al obtenerlas. Con ello solo conseguirá que el interlocutor se sienta forzado a una respuesta que, a la postre, lo único que supondrá es una pérdida de tiempo para ambos. Exija las cosas con contundencia y, si puede ser, con un pelín (o no tan pelín) de mala leche. Verá como es atendido de inmediato y con mucha diligencia. Si quien le tiene que dar el servicio pone mala cara, puede usted sentirse satisfecho, ya que le habrá proporcionado algo para contar en su casa, haciendo así más llevadera su gris existencia. Nadie que no tenga una existencia gris, pide las cosas por favor y da las gracias.

10.- En cualquier ocasión, pero especialmente si alguien le invita a comer, haga todo el ruido que pueda al masticar, deglutir y rechupetear la comida. Le dejará claro al resto de comensales que está disfrutando del ágape. Sorba la sopa y la bebida de forma bien sonora, da muchísimo ambiente a la reunión. Mastique con la boca muy abierta de forma que todo el mundo pueda ver cómo el bolo alimenticio va poco a poco triturándose en una perfecta masticación. Si lo hace de forma bien evidente, los demás sabrán cómo se mastica correctamente. No sabe cuántas úlceras de estómago puede llegar a evitar.

De momento, lo dejo en estos diez primeros puntos, aunque seguiré investigando y publicando los resultados. Todo sea contribuir a la integración social y a la desaparición de esas ridículas costumbres malsanas y anacrónicas.

Con Dios.


Actualización del 07-01-08:


Leídos los comentarios a esta entrada y la anterior, me ha parecido interesante añadir los siguientes apuntes:

1º.- En el apartado nº 7, D. Esteban Lob comenta la necesidad de incorporar ciertas características genéticas a los practicantes de los deportes de equipo, especialmente el fútbol y es que tengan la caja craneal con una dureza suficiente para poder resistir los impactos de los proyectiles que sobre ellos se arrojan. Me hago eco de la recomendación habida cuenta de la gran afición que existe en las diferentes canchas al lanzamiento de materiales pétreos y objetos contundentes de diversa índole. El que no tenga "el tarro" con una resistencia al choque de como mínimo 250 kgf/mm², que se dedique a otros menesteres. Lo que no se puede es privar al público de ciertos hábitos simplemente porque árbitros y jugadores sean unos debiluchos.

2º.- Al hilo de los expuesto en los puntos 1º y 6º, la Srta. Poliss apunta con gran acierto que ambas directrices se pueden aunar en el uso de los teléfonos móviles o celulares. Ya sabe, cuando hable por teléfono hágalo como si pidiera auxilio, bien alto. Quién sabe cuantas existencias grises pueden verse colmadas por el aporte de su conversación. Nadie que no tenga una existencia gris habla por teléfono a un volumen discreto.

Con Dios


Actualización del 10-01-08:

Nueva aportación, esta vez del Sr. Alucard:

Eso de que lo bueno, si breve, dos veces bueno queda enterrado en la historia como la mayoría de las arcaicas costumbres que aquí se intentan erradicar. Si usted inicia una discusión, termínela caramba, pero termínela bien ... acabando con su interlocutor. Grite, berree, insulte, haga uso de la violencia si es necesario, pero no permita que su interlocutor se vaya sin la sensación de derrota más absoluta, humillado y agotado. Su razón debe prevalecer ante todo. La gente ha de ser iluminada con la razón ... SU razón de usted.

Con Dios

Radio La Ortiga