Prensa del corazón. Programas del corazón …
¿Por qué se asocia tan importante y delicada víscera a estos vertederos de inmundicias? Ya dije en un apunte anterior, que se me antojaban mucho más adecuadas otras partes de la anatomía humana especialmente diseñadas para evacuar basura.
Me centraré en los programas televisivos. Estos espacios son nidos de vividores fracasados, periodistas (¿?) fracasados, cantantes fracasados, actores fracasados, grandes hermanos fracasados, pequeños imbéciles fracasados, fracasados fracasados ...
En un país en el que todo el mundo habla de lo que cuesta llegar a fin de mes, de lo que suben los precios, de lo mangantes que son los políticos, de que no hay derecho a que haya gente que tenga tanto dinero, etc. resulta que esos programas son los de más audiencia. ¿Se hace el lector una idea de lo que puede costar un minuto de televisión? Yo no lo sé, pero se me antoja que con mi sueldo de dos meses no lo pago. Añádase a esto, los dineros que se embolsan todos estos asaltacorrales que se dedican a despellejar a quien se ponga por delante, que, por cierto, también cobra.
¿Tan importante es saber con quién se acuesta tal o cual señor/señora? ¿El vestido que llevaba cuando fue a parasitar a no sé qué fiesta? Se forman unos debates sobre unas ridiculeces … Se ponen entre sí a bajar de un burro, para defender o vilipendiar a otros que para bien o para mal, no se lo merecen.
Después oye uno en la calle: “
Insisto en que nos quejamos mucho, pero en el fondo pasa lo que permitimos que pase.
Con Dios