Hace unas fechas, nos visitó el presidente de la República de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. Las reacciones fueron de todo tipo, pero en general, se fue con el mensaje de que hacía falta mayor garantía democrática en Guinea. La cuestión no tiene vuelta de hoja: es cierto. Pero verán, la idea de que España vaya dando clases de democracia a otros países se me antoja como una broma pesada. Cualquiera diría que llevamos viviendo toda la vida en democracia ... y además: ¡vaya democracia!
Para que el lector me entienda mejor, haré un análisis rápido de la Democracia Española:
1º. Cuando España no vivía en democracia, tenía un jefe del estado militar. Ahora también.
2º. Cuando España no vivía en democracia, no se podía elegir al jefe del estado. Ahora tampoco.
3º. La idea de democracia es "un ciudadano, un voto y gana el que más tiene". Pues bien en el sistema electoral español, se puede dar el caso de que gobierne un partido que tenga un número de votos inferior a otro que no gobierna. Si esto no fuera así, no sucedería que partidos de ámbitos exclusivamente regionales (CiU, PNV, etc.) sean fuerzas políticas con tan alta representación parlamentaria. Esto es debido a que el reparto de escaños por provincias no es proporcional al número de sus habitantes.
En resumen, nos están estafando. Nuestro jefe del estado tiene todos los ases en su mano para hacer que esto funcione o deje de funcionar. Afortunadamente el Borbón de turno parece un tío bastante responsable y que tiene claro cuál es su papel, pero ya que el puesto es hereditario ¿quién es capaz de prever lo que pase en el futuro? Hago esta pregunta y miro en nuestra historia los papelones que han hecho algunos de nuestros monarcas de la misma dinastía.
Ya hace años que yo no voto para las legislativas porque me niego a favorecer este engañabobos y, por supuesto, no me dejo llevar por el comentario de que "si no voto, no tengo derecho a quejarme" ... lo tengo, me lo gano pagando los impuestos que se me exigen.
En mis tiempos jóvenes se decía: con lo que ha costado que en este país se pueda votar, es una obligación moral hacerlo. Pues sí, pero si bien se ha conseguido votar, no se ha conseguido que el voto tenga unas consecuencias de verdadera democracia y eso en mi opinión favorece a la pornografía política a la que estamos asistiendo en los últimos tiempos especialmente desde los dos principales partidos. Pero eso es otra historia de la que les hablaré otro día.
Con Dios.
Para que el lector me entienda mejor, haré un análisis rápido de la Democracia Española:
1º. Cuando España no vivía en democracia, tenía un jefe del estado militar. Ahora también.
2º. Cuando España no vivía en democracia, no se podía elegir al jefe del estado. Ahora tampoco.
3º. La idea de democracia es "un ciudadano, un voto y gana el que más tiene". Pues bien en el sistema electoral español, se puede dar el caso de que gobierne un partido que tenga un número de votos inferior a otro que no gobierna. Si esto no fuera así, no sucedería que partidos de ámbitos exclusivamente regionales (CiU, PNV, etc.) sean fuerzas políticas con tan alta representación parlamentaria. Esto es debido a que el reparto de escaños por provincias no es proporcional al número de sus habitantes.
En resumen, nos están estafando. Nuestro jefe del estado tiene todos los ases en su mano para hacer que esto funcione o deje de funcionar. Afortunadamente el Borbón de turno parece un tío bastante responsable y que tiene claro cuál es su papel, pero ya que el puesto es hereditario ¿quién es capaz de prever lo que pase en el futuro? Hago esta pregunta y miro en nuestra historia los papelones que han hecho algunos de nuestros monarcas de la misma dinastía.
Ya hace años que yo no voto para las legislativas porque me niego a favorecer este engañabobos y, por supuesto, no me dejo llevar por el comentario de que "si no voto, no tengo derecho a quejarme" ... lo tengo, me lo gano pagando los impuestos que se me exigen.
En mis tiempos jóvenes se decía: con lo que ha costado que en este país se pueda votar, es una obligación moral hacerlo. Pues sí, pero si bien se ha conseguido votar, no se ha conseguido que el voto tenga unas consecuencias de verdadera democracia y eso en mi opinión favorece a la pornografía política a la que estamos asistiendo en los últimos tiempos especialmente desde los dos principales partidos. Pero eso es otra historia de la que les hablaré otro día.
Con Dios.