martes, 7 de agosto de 2007

Naturaleza Viva (Episodio 2)

¿Para qué la Madre Naturaleza ha inventado la evolución de las especies si después no la aplica? Y, si la aplica, tarda mucho.

Hace ya muchos miles de años que el hombre y el perro conviven, luego ¿por qué mantener la ferocidad en los canes? y, sobre todo ¿por qué mantener sus colmillos? Si la Madre Naturaleza, se diese un poquitín de prisa en poner ciertos asuntos evolutivos al día, no tendría que contarles lo que sigue a continuación:

Debía yo tener unos nueve o diez años, vivía en Suiza, en un pueblo del cantón Zürich llamado Oberglatt. Mis padres (mi madre y mi padre) trabajaban los dos en una fábrica cercana, que tenía comedor para los empleados, de modo que yo, todos los días después del colegio iba allí a comer con ellos.

Para llegar, se podía ir por una carretera bien asfaltada, pero eso suponía un rodeo bastante importante para un ser humano que, como yo, ya había asimilado la Ley del Mínimo Esfuerzo. Así pues, optaba por el plan B: atravesar un bosque bastante tupido, pero no muy extenso. Tenía su gracia. Era como Caperucita, pero al revés: el que iba a comer era yo. En mitad del bosque había una gran explanada en el centro de la cual, se alzaba un gallinero industrial enorme circundado por una cerca metálica. El terreno cercado estaba guardado por sendos pastores alemanes, que no son germanos dedicados al pastoreo, sino perros de buen tamaño.

Cada vez que yo pasaba por delante del cercado, los perros salían hasta la misma cerca ladrando, gruñendo, enseñando unas fauces de aspecto asesino e incluso mordiendo los alambres de la valla que, afortunadamente, no les gustaban demasiado y no cedieron a sus acometidas. Yo me asusté las primeras veces, pero ya después viéndome a salvo tras la valla, no les hacía demasiado caso, aunque nunca dejé de pensar que si algún día los perros estaban sueltos

Ya se imaginará el lector, que ese día llegó, si no todo este rollo al que le he sometido hasta ahora, no tendría sentido. Pues sí, pasaba yo, como siempre, por allí y los perros estaban sueltos. Fieles a su costumbre, vinieron galopando hacia mi que me quedé absolutamente quieto. En este punto del relato, yo podría decir que fue por un destello de inteligencia tipo “si no te mueves, no te harán nada” o “demuéstrales que tú mandas y no les tienes miedo”, pero sería desvirtuar el relato. La realidad es que yo estaba paralizado de terror. No podía mover un músculo. No podría ni decirse que estaba “cagado de miedo” (con perdón), porque todas las funciones de mi cuerpo estaban absolutamente inertes.

El primer perro, el más grande los dos, se me vino encima y me puso las patas delanteras sobre los hombros, mientras el segundo y más pequeño se quedó a unos pasos supongo que para terminar lo que el otro empezase una vez saciado.

La foto de la escena era: un niño tirando a escuchimizado, de pie frente a un perro de unos cuarenta kilos en canal que se apoyaba con las patas delanteras en sus hombros y otro perro algo más discreto esperando acontecimientos.

Mientras el perro y yo nos mirábamos, yo pensé que él valoraba la idea de por dónde empezar, pero no. Al cabo de unos (eternos) diez segundos, el perro bajó sus patas al suelo y se fue, creo que ante el asombro de su compañero que no debió entender nada y le pediría las oportunas explicaciones, una vez de vuelta a la caseta.

Pues sí, querido lector, crea que la escena relatada es rigurosamente cierta y es por eso que digo yo: ¿cómo es que el perro tras hacerme pasar ese rato ni siquiera me mordió un cachito? Evidentemente, me alegro de tal hecho, pero la Madre Naturaleza debe decidirse de una vez: o los perros son depredadores y, por tanto, se les teme como tales, o son los mejores amigos del hombre y, por tanto, no le hacen pasar estos tragos u otros peores de los que hemos oído hablar en la prensa.

Con Dios.

21 comentarios:

El vulcano dijo...

Garfio: Yo también tuve una experiencia parecida, con una perra, pastor alemán también, que era de mi tio. Desde aquel encontronazo, ya jamás le tuve miedo a un perro. Saludos.

Gentleman dijo...

Por favor ¡que cagaso! (con todo respeto) me lo imagino a usted parado y con una mancha bien grande a sus pies!! ja ja que momento,
saludos.
Tengo un ovejero aleman (mas bien Uruguayo) y cuando entraron a mi casa a robar lo hicieron por el porton de la cochera donde esta el! cuando el portón esta cerrado y ve a alguien que no conoce tiene la misma actitud que esos feroces suizos, se abre el portón y se transforma en caperusita !!!

Bugman dijo...

Garfio, creo que nadie le hubiera reprochado que se mojara en los pantalones. (Además así "marcaría territorio" y el can probalbmente lo hubiera respetado más)

Patri dijo...

Vale, a mí me pasa eso y el infarto está asegurado, y como tú me quedaría paralizada de puro terror...

Aunque eso ya me pasó una vez con un perrillo chiquitín que me atacó la pata del pantalón y no fui cápaz de mover un músculo.... ¬_¬

Besotessssssssss

JuanMa dijo...

Vulvano: no se fíe, no se fíe.

Gentleman: ya digo que no sé cómo no hubo mancha. Supongo que ni eso era capaz de hacer.

Sr. Bugman: ¿y si el can se mosquea porque considera el territorio "suyo"? De todas formas, ya digo que no me mojé y no me lo explico, yo no hice nada, no podía.

Patri: pues imagínate lo que es que te ponga sus "manos" en tus hombros.

esteban lob dijo...

Moraleja:
Los perros suizos, también son neutrales.

JuanMa dijo...

Esteban: desde luego, a mi me neutralizaron, se lo juro.

MonikaMDQ dijo...

Me imagino ese momento que contás y Dios se me paraliza el corazón, me da la paranoia! es q desde el año pasado le tengo miedo a los perros, una nueva. De chica me acuerdo cuando pasaba cerca de perros asi decía algo como"San Roque San Roque que este perro no me mire ni me toque" jaja que inocencia....
besos don capitan! siempre tan buenos relatos usted :)
besos!

JuanMa dijo...

Gracias Monika. Igual si llego a saber lo de San Roque en aquel momento. A lo mejor el perro lo sabía, porque ya digo que no me hizo nada.

tan versátil como acústica dijo...

aparte el mismo perro puede ser mejor amigo de su dueño y depredador de sus visitas. estoy totalmente de acuerdo.

JuanMa dijo...

Versátil: gracias por la visita. Es lo que yo digo: o una cosa o la otra.

Alfonsina dijo...

Me transmitio miedo de solo pensarlo ahi, paradito, quieto con una bestia peluda encima.
De cualquier manera lo contamos dentro de los mortales asi que no tenemos que lamentar desgracias. Gracias a Dios

JuanMa dijo...

Alfonsina: bienvenida a bordo. Pues sí, después de todo, aquí estoy.

Marina dijo...

¡Qué pánico! Claro, no te hiciste encima, porque como decimos en argentina, se te frunció todo.

Mi madre tiene un pastor alemán sobrealimentado que no levanta la pata para evitar la fatiga.

mismilesimas dijo...

Que momeeento!!!
Yo tengo un obejor aleman. Pero solo asombra por su tamaño. Cada vez que ve a alguien que no conoce sale corriendo para el fondo de la casa y se esconde. JAJAJA en serio. Si fuera por él dormiria sobr la cama, ah y ademas como no puede subirse a upa, te pone todo lo más que puede el cuerpo encima jajaj el se cree que mide 40 cn jejej. La culpa es mia yo lo malcrié jiji

JuanMa dijo...

Ateneaniké: bienvenida a bordo. Ya entiendo que todos los pastores alemanes no son iguales. De hecho me gusta más la actitud del suyo.

JuanMa dijo...

Mariela: bienvenida a bordo. Me gusta más su pastor alemán que "mi amigo". Y, sí, se me frunció todo, creo que después del episodio medía un par de centímetros menos.

MonikaMDQ dijo...

cito a tan versátil como acústica: "aparte el mismo perro puede ser mejor amigo de su dueño y depredador de sus visitas"

bueno, si, pero tambien puede ser q el mismo perro sea el mejor amigo de su dueño y "depredador" del mismo.
No se dan muchos casos asi, pero cada tanto ocurre, justamente me tocó a mi. El año pasado tuve que regalar a mi perro después que me mordiera varias veces, luego a la nena y luego al nene. De cachorro creíamos que lo hacía jugando, incluso el veterinario nos dijo cómo tratarlo, pero no hubo caso, se volvió cada dia mas violento y al cumplir un año las mordidas se tornaron bastante feas por lo cual lo mandamos al campo.
Son casos aislados, pero ocurren :/
besos again!

JuanMa dijo...

Monika: tengo un caso propio similar también con un pastor alemán (no sé qué me ven) y ese sí que me mordió. Tuve que ir a urgencias médicas y conservo las marcas en mi brazo. Era el perro de mi novia y hubo que deshacerse de él. También se le envió al campo.

Alucard dijo...

El mejor amigo del hombre, no le quita que sea uno de los mejores cazadores y descendiente del lobo. Sin duda estos encuentros cercanos, tienen sus efectos.

Anónimo dijo...
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