Bueno, querido lector, ya es 2008, no sé si se lo habrá dicho alguien, si no, aquí está La Ortiga informando.
A lo que voy. Ya publiqué el año pasado
los primeros cinco puntos de éste que quiere ser un manual útil para un propósito de integración social. Como lo prometido es deuda, aquí le escribo la segunda entrega.
No, por favor, no me dé las gracias, ya sabe que es de mal gusto y socialmente reprobable y, si no lo sabe, lea el punto nº 9.
6.- En los establecimientos públicos o en la calle, hable siempre en voz bien alta y por encima de los demás, preferentemente chillando. Es que, si no lo hace, no le harán tanto caso. Por otra parte su conversación puede llegar a otros grupos que, de esta forma, se beneficiarán de sus pensamientos filosóficos y así enriquecerán su gris existencia. Nadie que no tenga una existencia gris, habla en tono normal.
7.- Repase concienzudamente con sus amigos las posibilidades y recursos del lenguaje antes de ir a un partido de fútbol. Si puede, confeccione incluso una lista de improperios para lanzarle al árbitro o a la hinchada rival. Lleve consigo algún elemento contundente para lanzárselo al árbitro por si no se da por enterado, tenga en cuenta que con tanta gente gritando a la vez, igual no se percata de usted y eso sería una pena. Puede usted llevar algunas bengalas para encenderlas en momentos claves del partido y darle así más colorido. No se preocupe por quemarle la ropa a alguien, seguro que sabrá comprenderlo. No serán tan comprensivos los agentes de seguridad (tiene que haber gente para todo), por lo que es conveniente que usted camufle bien estos elementos antes de entrar al estadio. Si aun así los descubren, intente insultarles o agredirles, verá que después de todo esa gente no es tan brava. Si hace esto reiteradamente, los resultados del equipo de sus amores mejorarán día a día, seguro.
8.- Las señales de tráfico que usted encontrará en ciudad y en carretera, tienen un fin más testimonial que otra cosa. No vaya usted a pensar que las han puesto ahí para que se sigan al pie de la letra. El gobierno necesita justificar una serie de gastos en presunta seguridad vial y las señales de tráfico son una forma muy evidente de hacerlo. Tampoco le preocupe mucho aparcar en doble fila impidiendo la salida a otro coche bien estacionado. ¡Que espere!. Las prisas lo único que traen es estrés y enfermedades coronarias. Si no encuentra aparcamiento ni en doble fila, los pasos de peatones son un gran recurso. No se preocupe de que después una persona en silla de ruedas no pueda atravesar la calzada, al fin y al cabo, va en silla DE RUEDAS y por tanto no se cansará si cruza por el siguiente paso y si éste también está bloqueado, ya sabrá buscarse la vida, esta gente está muy bien entrenada en superar sus dificultades.
9.- No pida nunca las cosas por favor, ni diga gracias al obtenerlas. Con ello solo conseguirá que el interlocutor se sienta forzado a una respuesta que, a la postre, lo único que supondrá es una pérdida de tiempo para ambos. Exija las cosas con contundencia y, si puede ser, con un pelín (o no tan pelín) de mala leche. Verá como es atendido de inmediato y con mucha diligencia. Si quien le tiene que dar el servicio pone mala cara, puede usted sentirse satisfecho, ya que le habrá proporcionado algo para contar en su casa, haciendo así más llevadera su gris existencia. Nadie que no tenga una existencia gris, pide las cosas por favor y da las gracias.
10.- En cualquier ocasión, pero especialmente si alguien le invita a comer, haga todo el ruido que pueda al masticar, deglutir y rechupetear la comida. Le dejará claro al resto de comensales que está disfrutando del ágape. Sorba la sopa y la bebida de forma bien sonora, da muchísimo ambiente a la reunión. Mastique con la boca muy abierta de forma que todo el mundo pueda ver cómo el bolo alimenticio va poco a poco triturándose en una perfecta masticación. Si lo hace de forma bien evidente, los demás sabrán cómo se mastica correctamente. No sabe cuántas úlceras de estómago puede llegar a evitar.
De momento, lo dejo en estos diez primeros puntos, aunque seguiré investigando y publicando los resultados. Todo sea contribuir a la integración social y a la desaparición de esas ridículas costumbres malsanas y anacrónicas.
Con Dios.
Actualización del 07-01-08:
Leídos los comentarios a esta entrada y la anterior, me ha parecido interesante añadir los siguientes apuntes:
1º.- En el apartado nº 7, D. Esteban Lob comenta la necesidad de incorporar ciertas características genéticas a los practicantes de los deportes de equipo, especialmente el fútbol y es que tengan la caja craneal con una dureza suficiente para poder resistir los impactos de los proyectiles que sobre ellos se arrojan. Me hago eco de la recomendación habida cuenta de la gran afición que existe en las diferentes canchas al lanzamiento de materiales pétreos y objetos contundentes de diversa índole. El que no tenga "el tarro" con una resistencia al choque de como mínimo 250 kgf/mm², que se dedique a otros menesteres. Lo que no se puede es privar al público de ciertos hábitos simplemente porque árbitros y jugadores sean unos debiluchos.
2º.- Al hilo de los expuesto en los puntos 1º y 6º, la Srta. Poliss apunta con gran acierto que ambas directrices se pueden aunar en el uso de los teléfonos móviles o celulares. Ya sabe, cuando hable por teléfono hágalo como si pidiera auxilio, bien alto. Quién sabe cuantas existencias grises pueden verse colmadas por el aporte de su conversación. Nadie que no tenga una existencia gris habla por teléfono a un volumen discreto.
Con Dios
Actualización del 10-01-08:
Nueva aportación, esta vez del Sr. Alucard:
Eso de que lo bueno, si breve, dos veces bueno queda enterrado en la historia como la mayoría de las arcaicas costumbres que aquí se intentan erradicar. Si usted inicia una discusión, termínela caramba, pero termínela bien ... acabando con su interlocutor. Grite, berree, insulte, haga uso de la violencia si es necesario, pero no permita que su interlocutor se vaya sin la sensación de derrota más absoluta, humillado y agotado. Su razón debe prevalecer ante todo. La gente ha de ser iluminada con la razón ... SU razón de usted.
Con Dios